martes, 20 de febrero de 2007

---ACERCA DE LOS BIENES PUBLICOS---

Dado que una de las responsabilidades fundamentales de los gobiernos es proveer bienes públicos a su comunidad, es interesante definir que significa dicho concepto y como ha evolucionado en los últimos tiempos, especialmente a partir del famoso artículo de P. Samuelson: “La Teoría Pura del Gasto Público (1954)” que hizo un tratamiento sistemático del tema.









Hay ciertos bienes cuya provisión por el sector privado es muy dificultosa en razón de que es imposible fijarles un precio y cobrárselo a quienes lo consumen. Un caso típico es la protección del medio ambiente: supongamos que una empresa privada se encargara en una ciudad de tareas vinculadas al ambiente: control de polución, conservación de árboles, disposición de residuos contaminantes, etc. Si bien estas operaciones beneficiarán a toda la población, como obligaría la empresa a los ciudadanos a pagar por estos servicios? Que pasaría con quienes de benefician pero no pagan? Un caso similar se da con el servicio de seguridad (policía), el de justicia y el de la propia administración gubernamental.

En otros casos, si bien es posible que el sector privado provea y cobre por ciertos bienes, su impacto sobre toda la comunidad hace no aconsejable dejar exclusivamente a la decisión de los consumidores el comprar o no el bien. Un caso típico es el de la Educación, que muy fácilmente puede ser comprada en el mercado pagando un precio por ella; sin embargo, su rasgo de bien público (en este caso mejor identificado como bien público meritorio) está en que una familia podría optar por no educar a sus hijos y hacerlos trabajar desde edad temprana. Debe entenderse que sea la Educación provista pública o privadamente, sigue siendo un bien público y el Estado interviene (por ejemplo haciendo obligatoria la misma e influyendo en el contenido de los programas).

Otro caso de bien público meritorio vinculado a la Salud son las vacunaciones masivas: un padre o madre de familia podría sin ningún problema ir a una farmacia, comprar la vacuna y luego pagar para que le sea colocada a sus hijos. En algunos casos, sin embargo, la vacunación es necesaria para evitar epidemias y el uso de vacunas no puede ser dejada a la decisión de los particulares; este es el racional de ciertas campañas de vacunaciones masivas como por ejemplo contra la poliomielitis. La no vacunación no solo pone en riesgo a la persona sino a la comunidad toda y este costo social ( o externalidad negativa) le da el carácter de bien público.

La Defensa Nacional es otro ejemplo interesante: no habría ningún impedimento para que los países contratasen mercenarios y les pagasen por hacerse cargo de la defensa (o de la guerra en su caso). Sin embargo, se supone que las fuerzas armadas no solamente tienen como objetivo combatir sino q1ue además colaborar en otros tipos de emprendimientos, inclusive los de tipo social. Por otro lado, la comunidad espera que los componentes de las fuerzas armadas compartan ciertos valores que hacen a la nacionalidad y que reflejen comportamientos éticos que no necesariamente se pueden encontrar en mercenarios. Esto explica porque ningún país recurre a mercenarios, aun cuando pueda pagarlos o sean más efectivos desde el punto de vista bélico.


2 comentarios:

Musgrave dijo...

Profesor, es un lujo para la blogosfera tenerlo entre nosotros.

Saludos cordiales

Musgrave dijo...

Le dejo mi blog por si le interesa
http://musgrave-finanzaspublicas.blogspot.com/